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VERSIÓN AUDIOVISUAL

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Proponemos aquí un diálogo con la llamada “Música visual”, dentro de lo que se ha denominado el Cine abstracto o Cine puro, herederos de las vanguardias históricas de comienzo del siglo  XX.

Laura Baigorri (1997) señala que: 

“El cine absoluto, desarrollado durante las vanguardias históricas, continuó con una larga tradición artística que vinculaba experiencia musical con lo visual. Trabaja con la imagen en movimiento, el ritmo y con figuras más complejas que las manchas de colores que otros dispositivos conseguían crear. En los años veinte los artistas visuales Leger o Picabia en Francia, Eggeling, Richter, Ruttmann y Fischinger en Alemania, comenzaron a realizar sus filmes abstractos. Este cine descubría su eficacia semántica en la síntesis de las fuerzas de atracción y repulsión, en la relación de contrastes y analogías, en la creatividad del juego rítmico de los signos.”

En sintonía con el espíritu experimental del futurismo, que proponía el uso de las tecnologías más avanzadas de la época para la producción artística, desarrollamos un dispositivo tecnológico digital para la producción visual que consta de una programación algorítmica para la generación de imágenes y dispositivos de captura de movimiento  y de captación de sonido. Dimos prioridad a lo gestual y performático para la realización. Esto significa que el video fue realizado en vivo, sin edición (salvo la inserción de los títulos), en tiempo real mientras sonaba la música (previamente grabada en el teatro Hasta Trilce). Para ello fueron necesarios múltiples ensayos y pruebas técnicas. En algunas escenas las imágenes responden a la gestualidad de la performer visual en respuesta a los distintos momentos sonoros. En otras, el sonido genera lo visual a través de sistemas de partículas generativas. El diseño de las imágenes responde a la idea lúdica de la obra. La escena transcurre dentro de burbujas que se desplazan en un espacio imaginario (como las pompas de jabón de la infancia pero lanzadas a un espacio cósmico). En la primera escena Cenicienta, multiplicada y aislada, flota y se desplaza en ese universo dislocado. Con la llegada de la Matroshka la escena se acelera y se enciende en rojos intensos. Luego la imagen en negativo de las hermanoshkas flota en gotas de un líquido rojo y viscoso. Cuando Cenicienta es expulsada en Brrr, esas gotas se transforman en fantasmas cada vez más fríos y oscuros, (la noche, la nieve y  la angustia se manifiestan). Y en la escena final la nostalgia por la madre muerta disuelve la imagen en estelas de partículas que se mueven al son del lamento, cambiando de color e intensidad al vaivén de los sentimientos encontrados de la protagonista.

En este trabajo, abstracción y figuración interactúan como en una danza. Lo tecnológico y lo sensible se conjugan al servicio de una obra que se desarrolla entre lo serio y lo lúdico, lo trágico y lo cómico.

 

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